“Love
is the greatest force in the universe.
It is the heartbeat of the moral cosmos. He who loves is a participant
in the being of God” – Rev. Martin Luther King, Jr.
Fr. Malloy’s Midweek Message. Feb 15, 2023
Friends,
Here we are mid-February.
We continue to celebrate Black History Month. We also enjoy Valentine’s Day (or feel
pressed upon by Hallmark’s marketing of the day…). And we continue to hear Jesus’ Sermon on the
Mount at Mass these Sundays.
The Rev. Martin Luther King, Jr. and Jesus had much in
common, most importantly their challenge to us all to love. And to love even our
enemies. “Love is the heartbeat
of the moral cosmos,” said King, and Jesus says, “You have heard that it
was said, You shall love your neighbor and hate your enemy. But
I say to you, love your enemies and pray for those who persecute you, that you
may be children of your heavenly Father” (Matthew 5:44)
Love of those we love is challenging enough. Love our enemies? Come on.
Is this realistic? I say it is. Very realistic. It is as real as the
Civil Rights Movement whose nonviolent, active resistance of racism did so much
to transform the United States of America.
It is as real as the movement Gandhi led in India that so changed that
nation and liberated millions from colonial oppression.
Love of enemies is a real as a woman I knew in Camden, NJ. Her 13-year daughter Shaline was brutally
murdered one hot, August day by a stranger who had no motive for killing the
child. Such murders are hard to solve,
but Camden police never let it go.
Several years after the killing, the murderer was brought to
Justice. Lourdes, Shaline’s mother, let
it be known that she did not want the death penalty for the murderer. “It won’t bring my baby girl back,” she said. She wanted him put away for life so that he
could not harm any other people. But she
forgave him. Her forgiveness helped heal
a bit of the pain and agony that threatened Lourdes’s own spiritual and mental well-being.
Love of enemies is a real as those who forgave the sick,
warped, hate filled, white supremacist who killed nine beautiful people at a
Bible study in Charleston, SC, June 2015. The day the killer was brought before the
court, CNN broadcast live the words of forgiveness offered by family members of
the victims. The Washington Post reported
the extraordinarily poignant and powerful expression of Christian
forgiveness.
“The relatives of people slain inside the historic African
American church in Charleston, S.C., earlier this week were able to speak
directly to the accused gunman Friday at his first court appearance. One by
one, those who chose to speak at a bond hearing did not turn to anger. Instead,
while he remained impassive, they offered him forgiveness and said they were
praying for his soul, even as they described the pain of their losses. “I
forgive you,” Nadine Collier, the daughter of 70-year-old Ethel Lance, said at
the hearing, her voice breaking with emotion. “You took something very precious
from me. I will never talk to her again. I will never, ever hold her again. But
I forgive you. And have mercy on your soul.”
This Valentine’s Day, let’s
practice transformative love, love even for those who do us wrong.
Peace,
Fr. Rick Malloy, S.J.
Keep Safe.
Keep Sane. Keep Smiling
"El amor es la mayor fuerza del universo. Es el latido del cosmos moral. Quien ama participa del ser de Dios" - Rev. Martin Luther King, Jr.
El Miercoles Mensaje del Padre Malloy,
S.J. 15 de Febrero, 2023
Amigos y Amigas,
Ya estamos a mediados de febrero. Seguimos celebrando el Mes de la Historia
Negra. También disfrutamos del Día de
San Valentín (o nos sentimos presionados por el marketing de Hallmark de este día...). Y seguimos escuchando el Sermón de la Montaña
de Jesús en la Misa de estos domingos.
El reverendo Martin Luther King, Jr. y Jesús tenían mucho
en común, sobre todo su desafío a todos nosotros de amar. Y a amar incluso a
nuestros enemigos. "El amor
es el latido del cosmos moral", dijo King, y Jesús dice: "Habéis oído
que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad
a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen, para que seáis hijos de
vuestro Padre celestial" (Mateo 5:44).
Amar a los que amamos ya es un reto. ¿Amar a nuestros
enemigos? Vamos. ¿Es realista?
Yo digo que sí. Muy realista. Es tan real como el Movimiento por los
Derechos Civiles, cuya resistencia activa y no violenta al racismo contribuyó
tanto a transformar los Estados Unidos de América. Es tan real como el movimiento que Gandhi
lideró en la India y que tanto cambió esa nación y liberó a millones de
personas de la opresión colonial.
El amor a los enemigos es tan real como el de una
mujer que conocí en Camden, Nueva Jersey. Su hija Shaline, de 13 años, fue brutalmente
asesinada un caluroso día de agosto por un desconocido que no tenía ningún
motivo para matar a la niña. Este tipo
de asesinatos son difíciles de resolver, pero la policía de Camden nunca lo
dejó pasar. Varios años después del
asesinato, el asesino fue llevado ante la Justicia. Lourdes, la madre de Shaline, hizo saber que
no quería la pena de muerte para el asesino.
"No me devolverá a mi niña", dijo. Quería que le encerraran de por vida para que
no pudiera hacer daño a otras personas.
Pero le perdonó. Su perdón ayudó
a curar un poco el dolor y la agonía que amenazaban el bienestar espiritual y
mental de Lourdes.
El amor a los enemigos es tan real como los que
perdonaron al supremacista blanco, enfermo, deformado y lleno de odio que mató
a nueve personas hermosas en un estudio bíblico en Charleston, SC, en junio de
2015. El día que el
asesino compareció ante el tribunal, la CNN retransmitió en directo las palabras
de perdón ofrecidas por familiares de las víctimas. El
Washington Post informó de la
expresión extraordinariamente conmovedora y poderosa del perdón cristiano.
"Los
familiares de las personas asesinadas en el interior de la histórica iglesia
afroamericana de Charleston, Carolina del Sur, a principios de esta semana pudieron
hablar directamente con el pistolero acusado el viernes en su primera
comparecencia ante el tribunal. Uno a uno, los que decidieron hablar en la
vista sobre la fianza no se mostraron airados. Por el contrario, mientras él
permanecía impasible, le ofrecieron perdón y dijeron que rezaban por su alma,
incluso mientras describían el dolor de sus pérdidas. "Te perdono",
dijo en la vista Nadine Collier, hija de Ethel Lance, de 70 años, con la voz
quebrada por la emoción. "Me habéis quitado algo muy valioso. Nunca
volveré a hablar con ella. Nunca volveré a abrazarla. Pero te perdono. Y ten
piedad de tu alma".
Este San Valentín, practiquemos
el amor transformador, el amor incluso por quienes nos hacen mal.
La
Paz,
P.
Ricardo Malloy, S.J.
Sigamos Seguro.
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